Dióxido de Carbono

El dióxido de carbono (CO2), que había sido usado ampliamente como refrigerante a principios del siglo XX y fue perdiendo uso con el paso de los años, se vuelve a perfilar como una opción natural frente a otros refrigerantes, ya que tiene un bajo potencial de calentamiento global (GWP=1).

Se trata de un componente natural abundante y barato que no es tóxico ni inflamable. Como beneficios adicionales, no requiere de la captura durante el mantenimiento, simplificando de esta forma el ahorro de costes y tiene un alto rendimiento volumétrico (de entre 3 y 12 veces el rendimiento del amoniaco). Además, el uso de dióxido de carbono presenta beneficios significativos para aplicaciones de acondicionamiento de aire y refrigeración, como mejor transferencia de calor, tuberías más pequeñas, energía para el bombeo reducida y eliminación de agua fría.

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